Hoy en día ha sido un tema de discusión mundial lo sucedido en Barcelona, puesto que la ciudadanía local debate sobre la explotación de la ciudad como un atractivo turístico, la masiva visita de extranjeros ha sido algo profundamente cuestionado por los habitantes, ya que el costo de la vida ha ido en un alza exponencial, lo cual es poco llevadero para quienes viven en Barcelona.
El ayuntamiento de la ciudad intenta barajar la situación incluso cuestionando los actos de los ciudadanos, sobre todo porque estos lanzaron agua con pistolas a los turistas causando la incomodidad de estos últimos. Estas molestias se han dado no solo en Barcelona también en otras ciudades de Europa. Desde esta perspectiva ¿Hasta qué punto la visita turística en post del patrimonio debe ser abierta? ¿Cuál es el problema del masivo consumo del patrimonio monumental? A partir de estas preguntas ponemos como foco de atención la conservación del patrimonio v/s el derecho al acceso al patrimonio universal.
El alza de las viviendas, el costo de vida ha sido un punto de quiebre entre los ciudadanos y la aceptación del turismo, ya que recae la culpa en este último sobre la afección de poder llevar una vida digna y tranquila en la ciudad. Ahora bien, estos espacios también responden al acceso al patrimonio universal que es derecho de todos/as, por tanto, el derecho de la población no debe afectar las labores culturales, patrimoniales y turísticas de la ciudad.
De lo anterior: “El turismo, si cuenta con una planificación y una gestión adecuada, trae consigo beneficios económicos, sociales y ambientales, que pueden mejorar la calidad de vida de las comunidades, así como generar oportunidades de empleo, al tiempo que se preserva el patrimonio cultural urbano y se contribuye al desarrollo de la economía creativa (UNESCO,2021).
Ahora bien, el turismo y el acceso al patrimonio debe ir en equilibrio con la calidad de vida de los habitantes, puesto que la exigencia es considerando el agobio de las excesivas visitas masivas a la ciudad y el alza en el costo de vida. Existe además otro aspecto relevante, son los recursos de los gobiernos sobre todo en algunos casos los ayuntamientos, quienes deben dar abasto con el mantenimiento de la ciudad y el cuidado patrimonial la conservación, para la amplia cantidad de población visitante. Es por ello, que es de suma importancia generar mesas de conversaciones y acuerdos con los vecinos de cada barrio patrimonial.
El caso de Barcelona es emblemático porque ha causado revuelo mundial, nos pone sobre la mesa el tema a discutir ¿Qué pasa con la calidad de vida, el resguardo del patrimonio? Sin ir más lejos pensaba en un caso local chileno, las Torres del Paine y el cuidado del patrimonio natural a propósito del incendio que sufrió este parque hace unos años atrás. Es necesario finalmente que el patrimonio, los derechos ciudadanos y el turismo dialoguen de forma equitativa.
Sonia Martínez Moreno, académica de la Licenciatura en Historia UNAB, Sede Viña del Mar.
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