Sentir dolor en las rodillas, tobillos o la columna con el frío no es exclusivo de personas mayores. Otras con problemas articulares también son afectadas, independiente de la edad. Saber cómo manejar o prevenir la agudización de estos dolores es clave para sobrellevar una buena temporada invernal.
“Me duelen los huesos” o “con este frío me cuesta estar mucho de pie porque me duelen las rodillas” son frases que en más de alguna oportunidad hemos escuchado de personas mayores o aquellos que pueden padecer alguna enfermedad a los huesos o articulaciones. A pesar de que no se conoce la razón exacta por la que duelen las articulaciones cuando hace frío, existen algunos estudios que muestran una relación entre las bajas temperaturas y este tipo de dolores.
Los dolores articulares pueden tener múltiples causas, pero pareciera ser que muchas veces se agudizan cuando llega el invierno. Al igual que las causas, explicar el por qué hay un aumento del dolor también implica una serie de variables. Así lo indica Magdalena Galarce, médica de servicios clínicos y farmacéuticos de Farmacias Ahumada. “Si bien no hay evidencia concluyente, pareciera existir una conexión con el ejercicio. Debido al frío y la lluvia en invierno, la actividad física suele disminuir, lo que aumentaría la rigidez de las articulaciones. Esto provoca que los huesos, los tendones y los ligamentos se retraigan y pierdan flexibilidad, dando como resultado el dolor. Hay estudios que demostrarían que el sedentarismo tiende a aumentar el dolor crónico, siendo el articular uno de ellos”, señala.
Otro de los factores que puede influir también es la presión atmosférica. Una disminución en la presión -que es lo que sucede con el frío- podría provocar cambios en las estructuras que rodean las articulaciones como tendones, músculos u otros tejidos blandos. Por otro lado, también existen estudios que muestran relación entre el aumento de la humedad y la lluvia y los dolores articulares.
Los pacientes que sufren de artritis y artrosis suelen ser los más afectados, enfermedades con una gran prevalencia en el país. “La artritis es un término general que significa inflamación de las articulaciones. Existen muchos tipos de artritis, siendo la artrosis (u osteoartritis) la más frecuente, y generalmente, suele comenzar más tarde en la vida y ocurre por un desgaste del cartílago, por lo tanto, es una enfermedad degenerativa.”, aclara la doctora.
Los dolores de esta enfermedad impactan la vida cotidiana de las personas que la padecen, impidiendo un desarrollo óptimo de actividades cotidianas como bajar las escaleras, tomar cosas e, incluso, un sueño y descanso reparador. “En invierno también puede aparecer una disminución del ánimo, y cuando una persona está en esa condición, se vuelve más sensible a los dolores. Esto genera un círculo vicioso entre las enfermedades, el invierno y la agudización de los dolores”, subraya Galarce.
¿Qué podemos hacer?
En primer lugar, la profesional señala que hay acciones que dependen de cada persona, como mantener la actividad física. “Hacer actividad física y tener músculos fuertes alivia parte de la tensión de las articulaciones. Una caminata diaria a intensidades leves a moderadas, además de elongaciones, ayudará a la flexibilidad y esto, por ende, a que el dolor no aparezca o disminuya”, aclara. Mantener una temperatura corporal adecuada y estar hidratados también es importante, ya que esto permite que el cartílago se encargue de mantener la hidratación en la articulación y así evitar la inflamación y el dolor.
Además, Galarce añade que es importante intentar perder peso -si es necesario- puesto que el exceso de peso ejerce una tensión adicional sobre las articulaciones. Por último, también recomienda el uso de “dispositivos de asistencia”, si el médico tratante lo aconseja; “estos dispositivos pueden ayudar a mantener estables sus articulaciones o quitarles peso. Algunas personas encuentran que el calor o el frío ayudan a aliviar el dolor por un corto tiempo”.
Por último, la profesional recalca que una persona que sufre de estos dolores o comienza a experimentarlos, debe ser evaluada por un médico y no automedicarse ante la aparición de éstos. “El dolor es un síntoma que siempre se debe atender. Es una alarma que algo está pasando en el organismo, por lo que sólo un especialista podrá decirnos de qué se trata y qué pasos debemos seguir para encontrar el alivio y el bienestar”, finaliza.
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