La diabetes gestacional se caracteriza por no presentar síntomas, por eso es importante realizar exámenes de glicemia desde el primer control prenatal, para así prevenir efectos en el feto, como macrosomía fetal o desarrollo de hipertensión en la madre.
Actualmente ha aumentado el número de mujeres que durante su embarazo desarrollan diabetes gestacional (DG), condición temporal que consiste en una alteración de la tolerancia a la glucosa, ya que las hormonas propias del embarazo determinan un estado de insulino resistencia que, si bien es fisiológico y beneficioso para la nutrición fetal, también pueden favorecer que se produzca diabetes.
Sin saber, muchas mujeres tienen insulino resistencia previa al embarazo, debido a sobrepeso u obesidad, lo que determina una mayor exigencia a las células productoras de insulina para mantener los niveles de glucosa en rango normal. Si a esto se agrega la resistencia a la insulina propia de embarazo, se dan las condiciones propicias para que se origine diabetes.
“La diabetes gestacional es 2 a 3 veces más frecuente en mujeres que tienen factores de riesgo diabético, como antecedentes familiares de diabetes, sedentarismo, sobrepeso u obesidad. A esto se suma que los embarazos en la actualidad son más tardíos y la edad mayor de 30 años por si misma determina un mayor riesgo de presentar diabetes durante el embarazo. La suma de condiciones de riesgo, aumento de la edad de embarazo y la alta frecuencia de obesidad, determinan que cada vez estemos diagnosticando más diabetes gestacional”, explicó la médico Carmen Gloria Aylwin, diabetóloga de IntegraMédica.
Para detectar la diabetes gestacional y prevenir que esta condición afecte la salud del feto y su madre, el Ministerio de Salud (Minsal) ha establecido en la Guía Minsal de Diabetes y Embarazo que a toda mujer embarazada se le debe efectuar un “tamizaje de diabetes con un examen de glicemia en ayunas en el primer control prenatal (1er trimestre). Si la glicemia está entre 100–125 mg/dl se debe repetir, y si nuevamente está en ese rango, se hace el diagnóstico de DG. Si la glicemia inicial es normal (<100 mg/dl), en forma independiente de la existencia de factores de riesgo se debe efectuar una Prueba de Tolerancia a la Glucosa Oral (PTGO) entre las 24–28 semanas de gestación, y en algunas condiciones también se efectúa la prueba entre las semanas 30 y 33”, mencionó la experta parte del Grupo Bupa.
Sobre los hábitos y tratamientos que se indican para controlar la diabetes gestacional, la diabetóloga destacó las siguientes:
· Todas las medidas están orientadas a mantener las glicemias en rango normal durante el embarazo.
· Alimentación saludable: Ajustada al estado nutricional y que permita adecuada ganancia de peso.
· Actividad física regular: Realizar 30 minutos de actividad moderada la mayoría de los días de la semana.
· Control diario de glicemia (con glucómetro): Este hábito es fundamental al menos una vez al día o con la frecuencia que le indique su médico. Si los controles de glicemia capilar están dentro de los objetivos, se mantienen las medidas no farmacológicas.
· Terapia farmacológica: Si a pesar de la dieta y ejercicios los valores de glicemia están elevados, se deben iniciar fármacos. La insulinoterapia es el tratamiento de elección, universalmente utilizado y aprobado.
Es importante saber que la diabetes gestacional es un trastorno metabólico que se normaliza después del parto, pero según recomendó la médico Aylwin “siempre hay que reevaluar a la mujer con una PTGO entre las 6 a 12 semanas post parto, para determinar con certeza si ha quedado o no con alguna alteración del metabolismo de la glucosa. Toda mujer que ha tenido diabetes gestacional tiene riesgo de presentarla en un embarazo posterior y alto riesgo de desarrollar diabetes a futuro”.
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