El invierno se suele asociar a los típicos resfriados u otras enfermedades respiratorias, como la gripe, la influenza, la bronquitis, la neumonía, u otras infecciones virales; sin embargo, también estamos expuestos a otras enfermedades.
Así explicó el doctor Benjamín Tardel, médico jefe del servicio de Urgencias de Cordillera Interclínica, quien aseguró que “probablemente se trata de enfermedades más silenciosas o no muy comúnmente asociadas con el invierno, pero que efectivamente resultan más recurrentes en esta temporada y que es importante estar conscientes para tomar las precauciones especiales y poder acudir con un médico a tiempo”.
Especialistas explican que con la llegada del invierno en Chile, se intensifican los desafíos de salud y aumentan ciertas consultas que van desde problemas dermatológicos hasta agravamientos de condiciones crónicas y riesgos de salud mental. “Es importante tener en cuenta estos riesgos y conocer las afecciones más comunes, para así poder tomar medidas preventivas adicionales durante estos meses de invierno, para proteger la salud y la seguridad personal”, explicó el doctor Tardel.
Mantener una buena salud invernal
Según estadísticas recaudadas por Cordillera Interclínica, un 45% de las consultas al servicio de Urgencias son por sintomatologías respiratorias, sin embargo, recomiendan no pasar por alto el control de otras enfermedades de base y estar atentos a síntomas desconocidos. “Más allá del cuidado tradicional ante el frío, es importante escuchar al cuerpo, mantener consultas médicas periódicas para hacer seguimiento del estado de salud general, realizar exámenes anuales de rutina, además de mantener hábitos saludables”, comentó el médico de la misma institución.
Médicos recomiendan estar atentos a los riesgos más comunes para la salud en esta temporada invernal:
Dermatitis y piel seca:
El clima frío y seco del invierno puede provocar sequedad en la piel, provocando zonas ásperas y escamosas, y exacerbando condiciones como la dermatitis atópica y el eczema. Es fundamental mantener una buena hidratación y usar cremas hidratantes para proteger la piel de la sequedad, la irritación e incluso las grietas y heridas.
Agravamiento de enfermedades crónicas:
Condiciones como la artritis, el lupus y la fibromialgia pueden empeorar durante el invierno debido a la sensibilidad al frío y la humedad, lo que puede causar dolor en las articulaciones y rigidez muscular. Aquellas personas que sufren de estas enfermedades deben seguir cuidadosamente las recomendaciones de sus médicos y tomar medidas adicionales para protegerse del clima invernal.
Aumento de los accidentes cerebrovasculares:
La evidencia científica ha demostrado que los accidentes cerebrovasculares tienden a aumentar durante los meses de invierno, por lo que es importante mantener controlada la presión arterial y evitar la exposición prolongada al frío para reducir el riesgo de eventos cardiovasculares.
Alergias y ácaros del polvo:
Aunque se asocian más comúnmente con la primavera, las alergias pueden empeorar en invierno debido a la proliferación de ácaros del polvo en ambientes cálidos y húmedos. Mantener la casa limpia y bien ventilada puede ayudar a reducir los síntomas de alergia. Si los síntomas son inhabilitantes, se recomienda consultar con un especialista.
Salud mental y bienestar:
La falta de luz solar durante los meses de invierno, el clima frío y la menor actividad pueden contribuir a sentimientos de tristeza, fatiga y desmotivación, afectando el estado de ánimo, y contribuyendo a la conocida depresión estacional, trastorno afectivo estacional (TAE), y otros trastornos del estado de ánimo. Es importante mantener hábitos saludables, una rutina regular de ejercicio, buscar apoyo emocional y, si es necesario, consultar a un profesional de la salud mental.
Prevención de lesiones por caídas:
Las condiciones climáticas invernales, como la presencia de nieve y hielo, aumentan el riesgo de lesiones por resbalones y caídas. Se recomienda usar calzado adecuado y caminar con precaución en superficies resbaladizas para prevenir lesiones como fracturas óseas, esguinces y contusiones, entre otras.
Hipotermia:
La exposición prolongada a temperaturas extremadamente bajas puede conducir a esta peligrosa condición en la cual el cuerpo pierde calor más rápido de lo que puede producirlo, lo que puede resultar en daño a órganos vitales. Es esencial abrigarse adecuadamente y buscar refugio en interiores en caso de temperaturas extremas. Los síntomas incluyen escalofríos, confusión, piel fría y pálida, y pérdida de coordinación muscular.
“El invierno puede ser una época desafiante para nuestra salud, pero con cuidado y precaución, podemos minimizar los riesgos y disfrutar de esta temporada de manera segura. Tomar medidas preventivas es clave para afrontar con éxito los riesgos para la salud que esta temporada puede presentar”, concluyó el doctor Tardel.
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