Es un mito que las personas mayores no se pueden enamorar, es más, en el caso de aquellos que se encuentran viudos o que no se casaron durante su juventud, podrían reencontrarse con el amor. Y en el momento que eso pasa, al igual que les pasa a los jóvenes, surge una sensación de alegría, nerviosismo, ilusión de ver y estar con ese otro u otra.
La magia que produce el amor es tremenda y puede darse a cualquier edad, sin embargo, cuando llega en la tercera y cuarta edad, hay muchas razones por las que aplaudir a cupido.
“Una de las cosas que más valoran las personas mayores, en esta etapa de la vida, es estar acompañados, sentir que en el día a día pueden estar juntos, compartir actividades y que, si llegasen a necesitar algo, ese otro(a) estará para ayudarlos(as), sostiene Renate Mülchi, terapeuta ocupacional de residencias para personas mayores Acalis.
Para mantenerse vigentes y activos, especialmente en el ámbito cognitivo, es importante sociabilizar con otras personas. Si bien esto se va perdiendo con el tiempo en los mayores, es vital el relacionamiento con los otros, por lo mismo la recomendación es buscar personas con quien relacionarse, ya sean pares o personas más jóvenes con los cuales pueden gozar de encuentros intergeneracionales, lo que además es magnífico para la concentración, trabajo de la memoria, etc.
El amor sólo trae cosas buenas y ocurre porque se activan las mismas regiones básicas del cerebro, relacionada con sentimientos de intenso amor romántico y que también ocurre en las personas jóvenes. Este sentimiento desata la pasión y la intensidad de vivir cada día como si fuera el último. Sólo existe el tiempo presente, no hay un plan B. Se vive intensamente disfrutando la compañía, el bienestar que produce el estar en pareja y la complicidad, favoreciendo, además, un estado de ánimo positivo.
En resumen y conclusión, el amor es una fuente importante de compañía y apoyo emocional, es un factor muy importante para sortear momentos más difíciles en esta etapa de la vida, genera alegría y felicidad, por ende, endorfinas (hormonas de la felicidad). El estar enamorado hace que las personas se sientan bien, optimistas y con una buena visión del futuro y en el caso de la tercera edad, los hace sentirse vitales y más jóvenes.
Es tan importante la vida en pareja, el amor y la amistad en la tercera edad, que como sociedad debemos apoyarlos e incentivarlos a disfrutar y no relegarlos al antiguo rincón donde debían quedarse las personas mayores, cuya vida en esos tiempos estaría en el ocaso y sólo les quedaría ver pasar su vida, sin mayores emociones e intereses. Por qué no empezar a producir un giro en nuestra relación con las personas mayores. Ellos merecen respeto, dignidad e inclusión en la sociedad. No debemos olvidar que nuestra población envejece a pasos agigantados y que para el 2050 se estiman que el 31,6% de la población serán personas mayores.
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