Luego de una serie de hechos de impactos ambientales a causa de centros salmoneros en lago Llanquihue y río Maullín, desde el Consejo Regional están solicitando a las empresas la retirada de instalaciones abandonadas, como también, un plan de salida de cuerpos de agua dulce.
El Lago Llanquihue, ubicado en la Región de Los Lagos en Chile, es conocido por su belleza natural y por ser uno de los destinos turísticos más populares de la zona. Sin embargo, en los últimos años, se ha convertido en el escenario de un problema ambiental que afecta a su ecosistema: la industria salmonera.
Estas empresas han tenido un gran impacto en el lago y en sus alrededores, generando una serie de problemas ambientales y sociales que han sido objeto de controversia y debate.
Fue noticia, los hechos ocurridos en dicho lago con la fuga de más de 60.000 salmones de empresa Caleta Bay considerado por diversas organizaciones como una amenaza para los objetos de conservación de esta áera protegida, los que se suman a los 90.000 salmones escapados el año 2020 de otro centro de cultivo en el lago de la empresa Camanchaca.
Sin embargo, son diversos los hechos de impacto que se le asocian. Uno de ellos, detectado por la comunidad y la Comisión del Medio Ambiente del Consejo Regional (CORE) de la Región de Los Lagos, son las instalaciones en condición de abandono de lagos y ríos de la región. Al respecto, un oficio fue extendido con fecha 03 de mayo a la Asociación Gremial de Salmoneras de Chile (Salmon Chile), solicitando el retiro por parte de las empresas asociadas de jaulas y equipos de los centros en condición de abandono y cuyas concesiones no se encuentren activas, tanto en agua dulce como en territorio marítimo.
Asimismo, solicitaron una proyección de abandono de agua dulce, específicamente del lago Llanquihue, para la futura producción en tierra. La Comisión de Medio Ambiente del Consejo Regional solicitó a Salmon Chile una intermediación, con un diálogo constructivo y respetuoso.
Al respecto, Francisco Reyes, Consejero Regional presidente de la Comisión de Medio Ambiente, comentó sobre estas diligencias: “Estamos conscientes que lo que lo que impulsamos son cambios paulatinos, pero hay que hacerlos y partir. Pasar del discurso o las declaraciones a la acción; nos empuja nuestra convicción de lo que podemos hacer mejor desde un desarrollo verdaderamente sostenible y, a la vez, nos hacemos cargo del llamado formal que nos hacen los alcaldes de la Cuenca del Lago Llanquihue respecto a preocupaciones en materia medioambiental y la necesidad de esfuerzos conjuntos”.
Sobre estas instalaciones abandonadas, Reyes señala: “Un informe actualizado del Instituto de Fomento Pesquero, IFOP, da cuenta del fósforo y nitrógeno que generen las balsas – jaulas al lago, por lo que solo hay que proyectar el daño que generan las que hoy están en condición de abandono. Por lo mismo, son urgentes estudios técnicos de esta realidad para acelerar decisiones”.
El consejero Francisco Reyes, también comentó: “En ese sentido, también la Comisión acordó de manera unánime la participación en una próxima reunión de Subpesca Región de Los Lagos y el Ministerio del Medio Ambiente. Lo anterior, para indagar en aspectos que abordará la futura Ley de Pesca; y el Plan Regional de Acción Climática, respecto a consolidación de diagnósticos sobre residuos generados por la salmonicultura; y la realización de estudios y monitoreos que permitan evaluar el impacto de uso de fármacos -por parte del sector- en la calidad de las aguas”.
Reacción desde comunidades y organizaciones de la Región de Los Lagos
Álvaro Montaña del Movimiento Defendamos Chiloé, sobre estas diligencias que se están realizando, señaló: “La salida de las salmoneras de Los Lagos es una noticia muy favorable para la recuperación de la salud de los lagos, que están envenenados con antiparasitarios, con antimicrobianos, y, sin duda, esta salida de los lagos va a ayudar a que las aguas recuperen su salud, considerando que la recirculación de las aguas del lago Llanquihue, toma decenas de años”.
Montaña también señaló: “Este es un primer paso para recuperar la salud de los ecosistemas acuáticos del lago Llanquihue y del río Maullín que hoy es santuario de la naturaleza”.
Yohana Coñoecar Llancapani, representante de la comunidad Mapu Calafquen de Isla Llanchid, en Hualaihue, al conocer las diligencias que se están realizando desde la Comisión de Medio Ambiente del CORE Regional, señaló: “Siento que es un avance en materia ambiental, de alguna manera esto responde de que hay una urgencia por parte de los habitantes locales, para poder recuperar de alguna manera aquellos espacios que están saturados porque por alguna razón, caducaron el permiso, no precisamente porque tengan un buen comportamiento ambiental”.
Agrega la dirigenta: “Es interesante lo que está sucediendo, porque también da algunos antecedentes, algunos indicios, para ir pensando de que estas mismas sanciones de sacar ciertos centros salmoneros en ciertos espacios que están ya saturados, pueden también pasarse al mar. Siento que es un precedente porque de acuerdo a cómo se esté estipulando hoy día el abandono de centros salmoneros, en ciertos espacios, se puede ir pensando de que esto da una oportunidad para las organizaciones que nos hemos dedicado a la defensa de los espacios, dejando constancia de que hay actividades que están poniendo en riesgo los ecosistemas como la actividad salmonera”.
Coñoecar insiste: “Lo vemos con buenos ojos, porque es un precedente que marca una discusión que debe darse en el sur, que tiene que ver de cómo se tienen que gobernar los espacios, los espacios de lago, los espacios de mar también ante actividades que tienen impacto en la zona, que tienen impactos económicos, ambientales y socio culturales que son evidentes. Marca un precedente y hay que ir viendo de cómo la autoridad competente ambiental, se va comportando también a lo largo del tiempo no solamente con situaciones en los lagos, sino también con situaciones complejas que suceden en el mar, donde finalmente uno ve que más allá de una sanción, no está ocurriendo nada más que indicarte que esa es la ruta que debe seguir la legislación en materia ambiental, es decir, sancionar severamente aquellos delitos ambientales que terminan siendo después restaurados, trabajados, principalmente por las comunidades locales que quieren recuperar ecosistemas por espacios que ha sido perdidos por la industrialización, así es que es un buen precedente”, asevera Yohana Coñoecar.
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