Programa Familias de Acogida Especializada FAE PRO Castro inició talleres presenciales con niñas, niños y adolescentes

El Programa de Familias de Acogida Especializada FAE PRO Castro, inició un entretenido taller para los usuarios denominado “Mi huerto: Mi mascota vegetal”, el cual como su nombre indica, tiene por objetivo que cada uno de los participantes, cuide el brote de una semilla, la cual sembraron en una primera sesión llevada a cabo en las comunas de Castro y Quellón.

El taller está a cargo de la profesional Elizabeth Sanhueza, quien, según contó, es un espacio para todos los niños y adolescentes del programa, con el cual estos no sólo aprenderán conocimientos básicos del proceso de crecimiento de un vegetal, sino que también acerca de responsabilidad y paciencia. Posterior a la primera clase, se hará un seguimiento de cada brote. “El taller consiste en iniciar el proceso de germinación de una semilla y cuidar su crecimiento. La idea es que cuiden de su semilla como si fuera una mascota. La primera sesión fue presencial, se harán sesiones de seguimiento de manera remota, donde deben informar si su semilla ha brotado. Una vez que alcancen unos 2 cm de crecimiento, se realizará una nueva sesión presencial donde realizaremos el transplante”, explicó.

Asimismo, agregó que se supervisará cada etapa del crecimiento de la mascota -vegetal. “Seguiremos monitoreando hasta que se observen frutos. Cuando estén los frutos, nos juntaremos para la cosecha. Las semillas fueron repartidas al azar: Hay tomates roma, tomates cherry, poroto blanco, poroto manteca, arvejas y girasol enano”, detalló.

En los talleres, están participando cinco niños en cada comuna (Castro y Quellón), por lo cual el llamado del programa es que cada NNA sea cuidadoso con su siembra, con el fin de que culmine exitosamente el proceso.

Cabe destacar que el programa FAE PRO Castro, desarrolla de manera permanente talleres tanto para los usuarios niños y adolescentes, como para los padres y guardadores. Así, se han concretado espacios exclusivos para adolescentes, como otros de crianza respetuosa para los adultos. Esto, con el fin de establecer una vinculación permanente con quienes son parte del programa, y acompañar el proceso de acogimiento desde un enfoque participativo.